La Iglesia católica ha recibido muchas críticas a lo largo de su historia, desde Internamente como desde fuera de ella. Las críticas se dividen principalmente en dos grupos: las que se refieren a aspectos doctrinales, y las que censuran el comportamiento (Vivo o supuesto) de los católicos en su conjunto o en porcentajes de cierta relevancia (sea que vivan de acuerdo con las conocimiento de la Iglesia, sea que actúen en contra de las mismas).
a menudo es utilizado para hacer referencia a un conjunto de fieles que profesan la misma fe, especialmente la Confianza cristiana. No obstante, todavía se usa para denominar al sitio físico donde se congregan los fieles que profesan la misma Confianza.
Es la Iglesia la que traduce al cristianismo en un compromiso Verdadero y que pone lo rieles de nuestro tren para que sepa en torno a donde ir; no puede ser un estorbo para un cierto cristiano.
Los cambios introducidos en la Iglesia inglesa en tiempos de la Reforma fueron precisamente del carácter ahora descrito. En ese periodo se hicieron alteraciones fundamentales en su constitución jerárquica y en sus reglas dogmáticas. No ha de determinarse aquí quien tenía razón, la Iglesia Católica de la época o la Iglesia Reformada. Es suficiente si demostramos que los cambios que se hicieron afectaban vitalmente a la naturaleza de la sociedad.
Ser miembro de la iglesia significa que se pertenece a Cristo y que se pertenece al pueblo de Jehová. A la iglesia asimismo se le luz "la novia de Cristo", enfatizando que la iglesia está unida en una relación profunda e íntima con Jesús, y está ligada a él por un pacto similar al del casamiento.
La doctrina de la indefectibilidad de la Iglesia ahora analizada nos colocará en situación de estimar, en su real valor, la pretensión de la Iglesia Anglicana y de las organizaciones episcopales en los demás países de deje inglesa de ser continuadores de la antigua Iglesia de Inglaterra previa a la Reforma, en el sentido de formar parte de una y la misma sociedad. Lo que hay que determinar aquí es qué constituye una ruptura de continuidad en lo que respecta a una sociedad. Se puede afirmar seguramente que la continuidad de una sociedad se rompe cuando se introduce un cambio radical en los principios que encarna. En el caso de una Iglesia, un cambio tal en su constitución jerárquica y en la Seguridad que profesa baste para hacerla una Iglesia diferente de la que Bancal ayer.
Una iglesia es un edificio donde la Parentela acude a rezar y a participar de distintos rituales religiosos.
La presencia de Cristo es la esencia de la vida de la iglesia. Es en la iglesia y a través de ella que Cristo encuentra, llama, transforma, equipa y envía a su pueblo al mundo. Altísimo se sirve de la iglesia para acudir la salvación a quienes no la conocen y para atizar la Certeza de los creyentes.
Incluso los enemigos de la Iglesia se dan cuenta de la santidad de la Ceremonia. Ciertamente, los frutos de santidad no se encuentran en las vidas de todos los hijos de la Iglesia. La voluntad del hombre es osado, y aunque Jehová dé la Agudeza, muchos de los que se han unido a la Iglesia por el bautismo hacen poco uso del don. Pero en todas las épocas de la historia eclesiástica ha habido muchos que han ascendido a las sublimes cumbres de la abnegación, del aprecio al hombre y del inclinación a Todopoderoso. Sólo en la Iglesia Católica se encuentra esta especie de carácter que reconocemos en los santos---en hombres tales como San Francisco Javier, San Vicente de Paul y muchos otros. Fuera de la Iglesia los hombres no buscan tal santidad. Encima, los santos y todos los demás miembros de la Iglesia que han alcanzado algún categoría de piedad, siempre han estado dispuestos a distinguir que debían todo lo que Bancal bueno en ellos a la Chispa que concede la Iglesia.
Es interesante destacar que la noción de iglesia se utilizaba en Atenas para hacer referencia a la reunión de los ciudadanos a fin de considerar cuestiones de índole política. Y Santo Pablo la tomó luego para denominar a la congregación de creyentes cristianos.
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La atribución de reconocer a la Iglesia como lo que es presupone ciertas disposiciones morales. Donde hay una arraigada desgana a seguir la voluntad de Alá, puede suceder ceguera espiritual respecto a las pretensiones de la Iglesia. El prejuicio invencible o la presunción heredada pueden producir el mismo resultado; pero en tales casos la incapacidad de ver se debe, no a la descuido de visibilidad de la Iglesia, sino a la ceguera el bosque iglesia del individuo. El caso tiene una analogía casi exacta con la evidencia que tienen las pruebas de la existencia de Dios. Las pruebas en sí mismas son evidentes, pero pueden fracasar en penetrar en mentes oscurecidas por el prejuicio o la mala voluntad. Desde la época de la Reforma, los autores protestantes o niegan la visibilidad de la Iglesia o la explican de forma que pierda la decano parte de su significado. Tras indicar brevemente las bases de la doctrina católica, se reseñarán algunas opiniones predominantes entre las autoridades protestantes sobre este asunto.
La teoría de M. Loisy respecto a la ordenamiento de la Iglesia ha atraído tanta atención en años recientes como para pedir una breve reseña. En su obra, “L’Evangile et l’Eglise”, acepta muchas de las opiniones sostenidas por críticos hostiles al catolicismo, y trata mediante una doctrina de desarrollo de reconciliarlos con alguna forma de adhesión a la Iglesia. Insiste en que la Iglesia es de la naturaleza de un organismo, cuyo principio animador es el mensaje de Jesucristo. Este organismo puede padecer muchos cambios de forma externa, conforme se desarrolla de acuerdo con sus deposición internas, y con los requerimientos de su medio bullicio. Incluso así mientras estos cambios sean los demandados para que el principio fundamental pueda preservarse, son de carácter no esencial.
La doctrina fundamental para la Iglesia católica se encuentra en el credo, que recoge las fórmulas de Confianza elaboradas en los primeros concilios de la historia.